Obama ha anunciado que acudirá a la cita con una propuesta de reducción de emisiones de un 17%, y China ha respondido que mediante un plan de eficiencia energética muy alentador.
El objetivo de Pekín es reducir entre un 40% y un 45% la emisión de CO2 por unidad de PIB (Producto Interior Bruto), concepto conocido como “intensidad de carbono“, entre 2005 y 2020. Es la primera vez que China pone números a sus esfuerzos para controlar los gases de efecto invernadero. Este compromisono significa que el país asiático vaya a recortar el total de las emisiones en ese plazo, ya que dependerá de la evolución que siga su economía. Si el desarrollo que vive el país continúa al ritmo actual, la cifra global aumentará, aunque a menor velocidad que lo habría hecho sin este plan.